Usted está aquí

Parteras: héroes en primera línea de la crisis climática global

En este momento, en todo el mundo, millones de vidas están en manos de las parteras. Ya sea que estén atravesando las aguas de una inundación para llegar a mujeres embarazadas o dando a luz a bebés entre los escombros de un terremoto , las parteras son las heroínas anónimas de los servicios de salud comunitarios. Gracias a las parteras los partos son más seguros. La atención de salud sexual y reproductiva que brindan está más en sintonía con las necesidades, los deseos y las prácticas culturales locales de las mujeres.

Cuando surge una crisis, las parteras suelen ser las primeras en llegar, especialmente en comunidades remotas. Saben que los bebés llegan sin importar las circunstancias de la mujer en edad fértil, ya sea que esté descansando en casa o huyendo de ella debido a un conflicto o un desastre.

Ya una mujer o una niña muere cada dos minutos en algún lugar del mundo debido al embarazo, el parto o sus consecuencias. Ahora, el cambio climático amenaza con empeorar la situación. Las temperaturas más altas complican los embarazos y pueden provocar nacimientos prematuros y abortos espontáneos. Las inundaciones repentinas pueden arrasar con las carreteras, haciendo imposible llegar a los centros de salud. Los fenómenos meteorológicos extremos exponen a las mujeres y las niñas a un mayor riesgo de desplazamiento, matrimonio infantil y matrimonio forzado y pueden privarles de sus medios de subsistencia.

Las parteras son fundamentales para superar estos desafíos: pueden proporcionar hasta el 90 por ciento de los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva y aportar su experiencia y asesoramiento a las mujeres dondequiera que estén.

Sin embargo, sigue habiendo una escasez mundial crítica de alrededor de un millón de parteras. Sus condiciones laborales pueden ser arduas, lo que desalienta a muchos de incorporarse a la profesión. La discriminación de género abierta contra esta fuerza laboral mayoritariamente femenina también ha resultado en salarios bajos, oportunidades limitadas de avance y denuncias de acoso sexual en el trabajo.

Sin una expansión significativa de la partería, más mujeres morirán durante el parto. Millones de historias no tendrán héroes y, en cambio, terminarán en tragedia.

En este Día Internacional de la Partera, mientras celebramos sus innumerables logros, escribamos una nueva narrativa, una en la que nos comprometamos a apoyar la profesión de partera y abordar el déficit global de recursos de salud materna. El empeoramiento de la crisis climática hace que la necesidad de parteras sea más urgente que nunca.El momento de actuar es ahora.